El Nacimiento de Vera la Veterinaria

Tengo días que me pregunto… ¿Sabían mis padres que tipo de niña criaban cuando la complacían con todos los animales que su corazón deseaba?Hmm… estoy segura que no. Estoy consciente que era la típica hija menor y única hembra. Dicho esto, ¿dejamos claro que era una consentida rayando casi en lo malcriada, verdad?

De niña tuve perros, periquitos, hámsters, ratones de laboratorio, tortugas, un pollito, un ganso y un gato (estos últimos tres no duraron mucho por culpa de Colette, pero esa es otra historia). Apuesto que el Poni no llegó porque no cabía en la casa, y menos mal.

De todas las especies de animales, los constantes en mi vida siempre fueron los perros. Mi familia siempre ha sido de tener muchos perros, lo menos que recuerdo son 3 y en una época el número llegó a 8, así que podemos decir que lo de amante de los animales fue una conducta aprendida (¡y no, no era una casa con un patio enorme, era un apartamento!!).

Tenía 9 años cuando llegó Pinky, una chihuahueña de color negro, más pequeña que mi lonchera y con unas ganas tremendas de vivir arropada. Pronto se adueñó de mi cama y de mi corazón, tanto así que dormíamos tooodos los días juntas.

Un día mi pequeña Pinky quedó sorpresivamente embarazada de Hey Tito (si, leyeron bien, ese era su nombre, llámenlo en voz alta y les sacará una que otra carcajada). Este adorable y manso Lhasa Apso, había embarazado a Pinky, mucho más pequeña que él. Como podrán imaginarse, 2 meses después hubo que hacerle cesárea.

El Labio Leporino ocurre cuando el tejido que forma el labio no se une completamente antes del nacimiento. Esto da lugar a una abertura en el labio superior. El defecto puede ser una ranura muy pequeña o una abertura grande que se extiende en la nariz, y pueden incluir o no Paladar Hendido que es la forma más grave.

Ese día no fui al colegio, estuve en la sala de espera de la veterinaria con mi madre, nerviosa. Al cabo de un par de horas salió la doctora, una chica muy bonita de cabello negro largo y un scrub azul marino. Nos dijo que todo había salido bien, Pinky había tenido 6 cachorros saludables, a excepción de uno, que nació con un defecto congénito llamado Labio Leporino.

Los que poseen una abertura pequeña rara vez causan más que una visión estética poco agradable pero cuando la abertura suele ser grande o incluye Paladar Hendido causan incapacidad para comer normalmente, por lo que no se desarrollan y crecen como deberían. Esta situación conlleva a infecciones nasales crónicas, infecciones de los senos nasales y neumonía. La reparación quirúrgica está indicada pero es difícil en pacientes tan jóvenes y tan pequeños por lo que se recomienda esperar hasta que tengan de 3-4 meses de edad. La alimentación en estos casos tan graves se realiza usando un tubo de alimentación oral.

La Veterinaria nos explicó que la abertura del labio no era muy grande, pero el cachorro no iba poder mamar de su madre por sí mismo, por lo que nos recomendó ayudarlo con alimentación asistida de leche preparada para cachorros. Puse mucha atención a todas las instrucciones, y ese pequeñito tan tierno y delicado se convirtió en mi proyecto. Alimentarlo, sacarle los gases y permitir que se desarrollara con sus hermanitos y su mamá sin que le hicieran daño era mi responsabilidad. Era mucho trabajo, porque los cachorros deben comer cada tres horas, pero lo hacía feliz de la vida. Un día, al llegar del colegio, mi madre me dio la noticia que tanto temía, el cachorrito había muerto en la mañana mientras dormía.

Ese día, con esa mezcla de tristeza y frustración, se despertó en mí una vocación, un amor y un deseo de salvar a todos los perros del mundo que todavía hoy permanece.